Alentar a un niño desde la Disciplina Positiva

Tanto la filosofía Montessori como la Disciplina Positiva nos dan otra perspectiva con respecto a la mirada hacia los niños y a la manera de acompañarlos en su desarrollo.

Todos tenemos las mejores intensiones con respecto a nuestros hijos y tratamos de hacer lo mejor que podemos, de eso no hay duda alguna! Pero estamos educados de una manera tradicional y tenemos nuestras experiencias y paradigmas mentales. Nos cuesta poder salir de ahí y entender que hay otras formas de educar y de acompañar a nuestros hijos.

Estamos acostumbrados a premiar y a halagar a los niños cuando hacen algo que nos parece que está bien, "Que bien te estás portando, te felicito!". Estamos acostumbrados al chantaje, "Préstale el juguete a tu hermanito y te doy una piruleta de premio por ser un gran hermano", "hoy te has portado bien y puedes ver un rato más de tv".

Creemos que de esta manera, estamos alentando a nuestros hijos, motivándolos a ser mejores y a querer comportarse mejor. Pero otra vez, estamos viendo la crianza desde los ojos del adulto y debemos enfocarnos en los niños, no en nosotros.

Pero qué ocurre cuando no se portan de la manera que esperamos, ¿a qué recurrimos generalmente?, ¿otra vez al chantaje, o a los castigos?, ¿gritos y amenazas?.

Estos dos extremos, son entendidos por los niños como algo pesado y complicado de razonar, por no decir que son soluciones a corto plazo. Ellos interpretan que sólo son queridos y aceptados cuando se portan “bien”.


¿Y cómo podemos cambiar este enfoque?

El niño es un ser que se está construyendo y su motivación para desarrollarse debe venir desde adentro, no desde afuera.

Necesitamos informarnos más. Leer sobre el desarrollo del niño es una gran ayuda para poder entenderlo mejor y no entorpecer su desarrollo en cada etapa. Es poderosamente llamativo cómo nos preparamos para el parto, enfocándonos en nuestras necesidades, pero sin conocer las del niño a partir de su nacimiento.

La familia es el determinante primario para el desarrollo positivo del niño y son los primeros años de vida los más importantes para plasmar su personalidad. Para entender al niño y educarlo, primero hay que conocer su desarrollo.

El niño necesita ser comprendido en cada período de vida, estar activo y hacer cosas útiles en su entorno para sentirse que pertenece a él. Necesita, por ejemplo, limpiar la mesa, jugar con agua y jabón, ayudar en la cocina; es decir, ser partícipe de la vida familiar. No necesita ganar un premio por hacerlo, una pegatina o un halago; su satisfacción de poder hacerlo, es su mayor premio.

La mejor manera de motivar y alentar a un niño es precisamente NO HACER; es empoderar al niño sin interrumpirlo y confiar en él, con la ayuda de un ambiente preparado que acompañe su desarrollo.

Un ambiente preparado, es un espacio seguro donde el niño puede moverse, investigar, manipular, jugar y experimentar libremente siguiendo su instinto. Este movimiento libre, sin restricciones le ayuda a desarrollar su personalidad, su auto gestión y pro-actividad y aprender de sus propios errores.

Los premios y castigos dan el mensaje al niño de que nuestro amor hacia él depende de su comportamiento, y ante los errores, cada vez se va sintiendo peor. La frustración, el sentimiento de venganza, la ira y la falta de autoestima le llevan a "comportarse cada vez peor".

Nuestro rol como adultos es encontrar el equilibrio exacto entre límites y libertad. Centrarnos en las cosas que nos parecen realmente importantes, no en cada cosa que hace. Elegir pocos limites que sean firmes y a la hora de establecerlos, hacerlo desde un enfoque positivo.

Es fácil caer en los extremos y decirles "Ya es hora de dormir, a la cama ahora mismo" con tanta autoridad; o decirle, "ya es hora de dormir, pero bueno, si no quieres quédate jugando mas tiempo", con tanta pasividad.

El equilibrio podría se por ejemplo, "Ya es hora de dormir, entiendo que la estas pasando muy bien jugando, pero es muy tarde. ¿Quieres que recoja yo los juguetes o lo hacemos juntos?". De esta manera, el niño se siente comprendido pero a la vez el límite está claro.

Obviamente que a nivel emocional nuestros papel es hacer sentir al niño amado incondicionalmente. El amor se expresa con acciones, además de abrazos. Haciéndole sentir parte de la familia, útil e integrado.

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Algunos tips para alentar sin premios, chantajes ni castigos:


  • Que haga cosas por sí mismo (según su edad): Ponerse el pantalón, limpiar sus zapatos, limpiar la mesa, servir su vaso de agua, etc. Que se sienta útil y valorado.

  • Enfocarse en lo que SÍ ha hecho, en vez de lo que falta: "Veo que has conseguido ponerte los pantalones y la camiseta.” , sin hacerle notar que no lo ha hecho perfectamente.

  • Invitarlos a participar de alguna tarea que estemos haciendo. Por ejemplo si estamos cocinando, podemos pedirle que nos ayude a rayar la zanahoria para la ensalada.

  • Dedicarles tiempo de calidad, donde el plan con ellos sea lo más importante en ese momento. Sin estar atentos al teléfono, al trabajo o cualquier otra distracción. Estar con ellos en el AQUI Y AHORA.

  • Ante rabietas, expresar nuestra comprensión, "entiendo que te sientas enfadado".

  • En vez de halagar, habla acerca del esfuerzo. "Esto que has hecho te habrá costado mucho trabajo y esfuerzo".

  • Integrarle en la búsqueda de soluciones a los problemas y situaciones.

  • Agradecer cuando tenga un gesto bonito contigo o te haga un favor.

  • Pedirle que te muestre algo que sabe hacer muy bien.



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