Disciplina Positiva

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Estos momentos de desequilibrio e incertidumbre en el mundo nos han llevado a tomarnos una pausa en nuestras vidas y observarnos más. A tener una oportunidad para la introspección, para mirar nuestro yo interior y volver a conectar con nosotros mismos.

Lo que vivimos hoy es el resultado de nuestras decisiones pasadas y la vida hoy nos está dando la oportunidad de cambiar nuestra mirada al mundo a una forma más consciente, más amable y más respetuosa.

Lo que sentimos, hacemos o decimos, tiene un efecto en quienes nos rodean, por esto el cambio debe empezar en nosotros mismos.

La actitud positiva frente a la vida es fundamental para lograr este cambio. Hablo de PENSAR EN POSITIVO, no de ser inconscientes, ni siquiera de no querer ver lo negativo u obviarlo. Simplemente de ver también el lado positivo de las cosas.

 

 
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Mi motivación a escribir este artículo ha sido mi descubrimiento de la “Disciplina Positiva” en familias y escuelas y ha sido un agregado de gran valor a mi vida familiar y profesional que quiero compartir con vosotros.

Al igual que la Educación Montessori, la Disciplina Positiva es una metodología que remonta sus orígenes a cien años atrás pero que ha demostrado los increíbles beneficios que aporta en la educación actual.

LA EDUCACIÓN POSITIVA es un modelo educativo para entender el comportamiento de los niños y guiarles en su camino siempre de forma positiva, afectiva, pero firme y respetuosa.

Hace un tiempo tuve la oportunidad de formarme en esta disciplina con Impliquo, un espacio de crecimiento personal para acompañar a las familias y educadores. Esta formación ha sido un complemento importante en mi vida como guía Montessori, esposa y madre; y es por esto que quiero compartir una entrevista que he tenido la oportunidad de realizar a Angélica Joya, mi formadora en Disciplina Positiva.

Espero que la disfrutéis:

 

  

¿Qué es la disciplina positiva

en la primera infancia?



La Disciplina positiva es un enfoque, una filosofía de vida que tiene sus orígenes hace más de 1 siglo con Alfred Adler y R. Dreikrus (y en los años 80 con Jane Nelsen y Lynn Lott)

Es una manera de entender al otro viendo más allá de su conducta, respetándole y respetándonos a nosotros mismos, centrándonos en dar aliento, conectar y haciéndole sentir útil e importante. Resalta la importancia de vivir en comunidad y de tratar a todos con la misma dignidad y respeto independientemente de edad, sexo o condición social.

Aunque tiene sus orígenes en la relación adulto-niños tanto en casa como en el colegio, hoy en día tiene presencia en muchos ámbitos como las relaciones de pareja, las empresas y los entrenadores deportivos.

En el caso de la primera infancia somos conscientes de que es vital tener en cuenta que el cambio empieza por el adulto. Creemos que la mejor manera de impactar en los niños es con el ejemplo y con las emociones que logras generar  en ellos a través de la relación.

 

Por todo esto, en las formaciones en primera infancia trabajamos mucho para promover ese cambio en el adulto, a través de:

-    Actividades vivenciales.

-    Momentos de reflexión personal y grupal.

-    Dotándoles de información importante sobre la etapa de desarrollo, el cerebro y el apego.

-    Dándoles herramientas practicas para la gestión del día a día.

-    Practicando y aprendiendo dinámicas qué se pueden hacer directamente con los más pequeños en el aula o en casa para fomentar las habilidades sociales y comunicativas, cohesión, pertenencia y utilidad.

 

 

 

¿Cómo convive esto con nuestra

crianza a la vieja escuela?



Uff! que buena pregunta.

Está claro que hoy en día estamos en un momento de transición como sociedad. Especialmente en España, venimos de una época de mucha represión. Lo que se buscaba promover en los pequeños era la sumisión y obediencia porque era lo que garantizaba la supervivencia en la sociedad. Sin embargo, la sociedad actual necesita otro tipo de ciudadanos, hoy en día una persona exitosa no es alguien que “traga entero”. Necesitamos personas que tengan criterio para filtrar el aluvión de  información con la que convivimos a diario, personas creativas y resolutivas. 

 

El problema es que todos los cambios implican un proceso, incomodidad, sentimientos de frustración, incapacidad e incluso incertidumbre. Así que, tomar la decisión de abandonar “viejos partrones” no es sencillo. Es mucho más fácil no hacer nada y seguir como siempre.  En este punto, aparecen todos las defensas de tipo “pero si siempre se ha hecho así”, “si a mi me lo hicieron y yo estoy bien·”…. etc ..,

 

En fin… ahora mismo todavía hay mucho trabajo que hacer por la difusión de la Disciplina Positiva en colegios y escuelas infantiles. Los niños y niñas necesitan adultos que les ayuden sacar el mejor potencial que tienen dentro pero desde el empoderamiento y el respeto. Porque no todo vale y, en el ámbito educativo, el fin nunca justifica los medios.

 

 

 

¿Disciplina positiva es

decir nunca “no"?



Jajajja! Eso quisieran mis hijos y alumnos que fuera así!. Pero nada mas alejado de la realidad. Disciplina positiva es aprender a oír los no de los demás y los propios. Es entender que en una lucha de poder, de una u otra manera, todos salimos perdedores. Es aprender a reconocer y expresar tus necesidades de una manera respetuosa al mismo tiempo que puedes ver y entender las de los demás.

Es saber que empatizar con los sentimientos NO ES aprobar los comportamientos y que adultos y niños tenemos prioridades diferentes.

Pero sobre todo es entender que los limites se pueden y deben establecer y “recodar” desde la calma y la cercanía emocional. No es necesario decir NO con ceño fruncido, voz grave y postura corporal autoritaria. Los limites se aceptan mucho mejor cuando se hacen desde la cercanía y la conexión.

 

Disciplina positiva NO ES PERMISIVDAD. La permisividad malcría, incapacita y no es respetuosa.

 

 

 

¿Cuáles son los beneficios

para un niño que ha sido

creado en un hogar

con Disciplina Positiva?

Esta comprobado que los niños y niñas que crecen en hogares donde se les ha tratado con dignidad y respeto; donde se les tiene en cuenta, se les hace sentir importantes,  hay limites claros  y  donde tienen la percepción de ser útiles y necesarios, son adultos con menos riesgo de sufrir enfermedades mentales, adicciones, fracaso escolar, de verse involucrados en relaciones de abuso y tienen una tendencia mayor a conseguir lo que se proponen en su vida y contribuir de manera útil a la sociedad.

 

¿Por què? Porque han tenido muchísimas oportunidades a lo largo de su infancia y adolescencia para:

  • Sentirse aceptados de manera incondicional (que es una de las bases de la autoestima).

  • Equivocarse y aprender de sus errores sin temor a ser condenados por ellos.

  • Buscar soluciones a los problemas en lugar de buscar culpables.

  • Ejercer la responsabilidad cuando el adulto contiene su impulso de “rescatarle” de las consecuencias de las decisiones. Han podido asumir las consecuencias de sus decisiones y ser acompañados de manera empática cuando sufren o cometen errores.

  • Porque han tenido muchos momentos para sentir la satisfacción que genera el contribuir y ayudar a otros.

  • Porque han aprendido a tomar decisiones sanas para él mismo sin necesidad de que haya un “adulto” para premiarle o castigarle por lo que ha hecho. Ha aprendido que él más que nadie se conoce, y  sabe qué es lo mejor para él y lo más respetuoso para los demás.

 

 

 

¿Cuáles son los beneficios

para la familia?

 

Uff!! Es brutal!!

La familia en general es como un sistema intercomunicado. Si se mueve una ficha todas se ven afectadas de alguna manera (para bien o para mal). En el caso de una familia notas como el ambiente de cooperación está muy presente, hay más diálogo y calma, más cercanía emocional y más aceptación del otro.

Por supuesto, hay también gritos, llantos y prisas.. porque son hogares comunes y corrientes que toman como uno de sus principales principios que “nadie es perfecto y los errores son grandes oportunidades de aprendizaje”.

La fundamental diferencia entre un hogar pro ¨DP¨ y otro ¨no DP¨ es que hay una clara intención de prosperar y crecer a través de los retos educativos en lugar de simplemente sobrevivir a ellos como buenamente podamos. Y creo que esto es muy potente.

 

 

¿Qué tipo de formación existe

para las familias que quieren

saber más de este tema?


Existen de muchos tipos. De hecho desde Impliquo hacemos formaciones incluso “a medida” como las llamo yo. Sin embargo, las que mas solemos hacer son:

  1. Intensivos de 8 horas (repartidas en dos días de 4 horas o un día completo).

  2. Taller semanal: 12 horas repartidas en 6 sesiones. Nos vemos 1 vez a la semana durante casi 1 mes y medio. Es el taller ideal para profundizar en DP y generar un cambio más a largo plazo.

  3. Conferencias introductoras y temáticas: Pensadas sobre todo para grupos de crianza y colegios. Para llegar a muchas más personas en poco tiempo y sembrar las primeras semillas de DP.

  4. Talleres vivenciales monográficos de entre 3 y 5  horas (dependiendo del tema): En estos talleres trabajamos temas específicos. Los hacemos de varios temas como autoestima, rivalidad entre hermanos e iguales, llegada del bebé, comunicación asertiva, pre-adolescencia y mas allá… etc

 


¿Cuáles son tus recomendaciones

para las familias

con niños pequeños?



Creo que en la primera infancia hemos de estar atentos a 5 cosas fundamentales:

CUÍDATE: Es vital que el adulto se cuide para poder cuidar bien y aunque parece algo muy evidente, en el día a día cuando estamos a cargo de un niño o niña menor de 6 años esto no es tan evidente. Aparecen las excusas, los no puedo, la culpa por “dejarle” o las mil y una cosas que hay por hacer aprovechando los pocos momentos de tranquilidad que pueden haber en el día (por ejemplo cuando duermen jajaja).

 

OBSERVA: Es muy importante observar a los peques antes de sacar conclusiones precipitadas o antes de decidir cómo gestionar lo que puede parecer un “mal comportamiento”.

Observar te va a permitir, explorar qué puede estar pensando y sintiendo ese peque y qué lo pudo llevar a comportarse de esa manera. Te ayudará a tomar distancia de las situaciones y no tomarlas como algo personal. Y por último muy importante, dentro del observar también está el supervisar que es algo que nos puede ahorrar muchos problemas con pre-escolares.

Los niños en la primera infancia (sobre todo hasta los 4 o 5 años) han de estar supervisados. Supervisar no quiere decir controlados o dirigidos. Significa acompañar y garantizar la seguridad de todos.

 

RE-DIRIGE: Es también muy importante ser muy creativo en el arte de la re-dirección. A muchos pequeños les cuesta salir de los “bucles” emocionales y como adultos hemos de servir de “cerebro auxiliar” que le permita funcionar de manera más funcional y tranquila. Por eso, cantar una canción o jugar a algo que ayude a que este peque coopere o se calme no es irrespetuoso, todo lo contrario.

El otro día en Instagram explicaba cómo me he inventado el juego del avión a partir de un día que realmente necesitaba ir rápido y mi peque de 2 años se negaba a subir a la mochila porta-bebés o al carrito. Así que abrí mis dos brazos y comencé a correr por la calle como un avión. Ella al verme, me miró con una cara curiosa y compró rápidamente mi propuesta de correr como los aviones. Hoy en día sigue siendo un juego que usamos cuando lo necesitamos y cuando ella lo propone (siempre y cuando sea un lugar adecuado para correr).

 

ANTICIPA: Y una vez has logrado observar y cuidarte, puedes hacer de manera mucho más rápida el tema de ANTICIPAR. Anticiparte a aquellas situaciones que pueden ser complicadas de gestionar (por el momento del día, la hora de la siesta, la hora en que suele comer entre semana, etc) y por temas de carácteres.

Anticipar significa también, implicarles en la medida de lo posible para que participen en cada una de las cosas que vamos hacer, las rutinas o planes nuevos (ir a restaurantes, cine, etc); y así garantizarte que sean lo más tranquilo posible.

 

CONECTA: Empatizar y conectar contigo mism@ y con los peques. Ser conscientes de que un niño se porta bien cuando se siente bien y que es muy importante que se sienta seguro en el ambiente en el que está, sentirse querido, aceptado y visto.

 

 

 ¿Cómo crees que está

relacionada la disciplina positiva

con la Educación Montessori? 


No he estudiado a Montessori pero desde lo poco que sé, creo que tiene muchas cosas en común. He tenido la suerte de formar varias guías Montessori en DP y ellas me han trasmitido que son filosofías completamente compatibles.

Tanto María Montessori como Dreikrus o Adler hablaban de la importancia del “dejar hacer” al niño, respetar sus ritmos y la importancia de la estructura en la educación.


¿Ofreces formación en Disciplina

Positiva y acompañamiento

fuera de España?

Si, ofrecemos talleres online en vivo vía ZOOM. Si entras a la web o sigues nuestras redes sociales, podrás saberlo. Actualmente tenemos dos talleres “Profundización en Disciplina Positiva para padres y educadores” y “Claves para gestionar la rivalidad entre hermanos”.

Te invitamos a comentar en este post y a compartirlo con tus seres queridos.